Los constructos
imaginados, artificialmente creados, compartidos por grandes grupos humanos se
tornaron más refinados cada vez y ello contribuyó a que la gente se
acostumbrara a pensar de determinada manera, a comportarse de acuerdo con
determinados estándares, desear ciertas cosas y observar determinadas normas. A
esta manera de pensar, creer y actuar se le denominó “Cultura”. Esta cultura se
caracteriza por ser cambiante y especialmente contradictoria o lo que se
llamado disonancia cognitiva. Lejos de ser una desventaja es o ha sido una
condición a favor que ha facilitado el flujo constante a través de la historia.
Por ello la historia tiene una dirección: la unificación global. Estamos
presenciando los hechos producto de la globalización del cambio de una sociedad
humana caracterizada por una constelación de países y/o naciones a la
unificación de bloques de países, la idea de “orden universal”.
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