domingo, 14 de octubre de 2018

'Extraños llamando a la puerta', el último libro de Zygmunt Bauman

Los noticiarios televisivos, los periódicos, los discursos políticos y los tuits, que sirven de puntos focales y válvulas de escape para las ansiedades y los temores de la población, rebosan referencias a la “crisis migratoria” que aparentemente inunda Europa y presagian el desmoronamiento y la desaparición del modo de vida que conocemos.
Esa crisis es una especie de nombre en clave políticamente correcto con el que designar la fase actual de la eterna batalla que los creadores de opinión libran en pos de la conquista de las mentes y los sentimientos humanos. El impacto de la conexión informativa en directo con ese particular campo de batalla causa algo muy parecido a un verdadero “pánico moral” (“un temor extendido entre un gran número de personas que tienen la sensación de que un mal amenaza el bienestar de la sociedad”).
En el momento en que escribo esto, otra tragedia aguarda para golpearnos. Son crecientes las señales de que la opinión pública, confabulada con unos medios ansiosos de audiencia, se está acercando, sin prisa pero sin pausa, al punto de “cansarse de la tragedia de los refugiados”. (...) Por desgracia, el destino de las grandes conmociones es terminar convertidas en la monótona rutina de la normalidad, y el de los pánicos morales es consumirse y desvanecerse de nuestra vista y de las conciencias. (…)
Hay dos tipos de factores que originan los actuales movimientos masivos de personas en los puntos de partida de estas, pero también son de dos clases las repercusiones de esos movimientos en los puntos de llegada. En las zonas “desarrolladas” en las que tanto migrantes económicos como refugiados buscan acogida, el sector empresarial ve con buenos ojos e incluso codicia la afluencia de mano de obra barata, cuyas cualificaciones ansían rentabilizar (...) Sin embargo, para el grueso de la población, acuciada por una elevada precariedad existencial y por la endeblez de su posición social y de sus perspectivas, esa afluencia no significa otra cosa que enfrentarse a más competencia en el mercado laboral, a una mayor incertidumbre y a unas decrecientes probabilidades de mejora.

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