Parece que
seguirá girando no obstante las advertencias de lo finitos de las materias
primas que son a su vez los insumos de la industria. Uno de los principales
insumos es la energía pero la ciencia ha descubierto que existen múltiples
fuentes infinitas de energía: es evidente que el mundo no carece de energía. De
lo que carecemos es del conocimiento necesario para dominarla y convertirla
para nuestras necesidades. Ante la disminución de las materias primas
naturales, descubrimientos científicos permitieron a la humanidad inventar
materias primas nuevas como los plásticos, y descubrir materiales desconocidos
como el silicio y el aluminio y muchos más. Igual la revolución industrial
logro aumentar la cantidad de comida como consecuencia de la segunda revolución
agrícola que es una de sus hijas. La revolución industrial permitió que por
primera vez en la historia de la humanidad la oferta superara la demanda y
genero otro problema. ¿Quién iba a comparar todas estas cosas?, y nace la
sociedad de consumo, con su ética del consumo que justifica todo el
comportamiento que vivimos y nuestra obsesión a comprar compulsivamente: “La
edad de las compras”.
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